
Karla Galarce Sosa
Acapulco, Guerrero; 23 de agosto de 2025.- La visita de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a Acapulco evidenció que la disputa por la candidatura de Morena a la gubernatura de Guerrero en 2027 ya no se libra en reuniones privadas, sino en plazas públicas, entre porras organizadas, abucheos espontáneos y movilizaciones de trabajadores.

Las figuras centrales son la alcaldesa reelecta de Acapulco, Abelina López Rodríguez, y el senador Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Ambos representan proyectos de poder enfrentados, pero también arrastran señalamientos: ella por el presunto desvío de casi 900 millones de pesos, y él por el uso de recursos públicos y estructuras del gobierno estatal para mantener presencia política.

El juego de los respaldos
El viernes pasado, Sheinbaum encabezó en Acapulco actos oficiales en materia de salud y rehabilitación de espacios públicos en la franja turística. En el nuevo Hospital Regional de Alta Especialidad del ISSSTE, instalado en parte del extinto Centro Internacional Acapulco, el simple hecho de mencionar a Abelina López derivó en abucheos, mientras grupos de la Secretaría de Bienestar estatal, encabezados por Pablo André Gordillo Oliveros, coreaban consignas en favor de Félix Salgado.

La respuesta de la alcaldesa llegó al día siguiente, cuando decenas de trabajadores municipales fueron movilizados con pancartas y consignas de apoyo en el malecón, presentándose como “Abelinos”. El mensaje fue que también tiene capacidad de movilización, aunque persiste la percepción negativa de su gestión por la falta de agua potable, el deficiente manejo de residuos y las descargas de aguas residuales a las lagunas y a la bahía.
Entre porras y fotos cordiales
Las imágenes de Abelina y Félix sonrientes en redes sociales contrastan con la guerra de porras y desaires en los actos oficiales. No son rivales menores: representan dos polos que disputan no sólo la candidatura, sino también el aval de la presidenta Sheinbaum. En ese terreno, cualquier gesto, como una mención o una fotografía, adquiere un peso político amplificado en redes sociales y replicado en medios nacionales.

En paralelo, la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, dejó claro en su reciente visita a Chilpancingo que en 2027 no habrá candidaturas por reelección ni por nepotismo. El mensaje apuntó directamente a Guerrero, donde las dos cartas visibles se encuentran en esas condiciones: la alcaldesa que busca extender su ciclo político y el senador que hereda capital por ser padre de la gobernadora.
Una disputa que exhibe a Morena
El fondo de este enfrentamiento no es sólo la pugna por la candidatura, sino el uso de recursos públicos para sostener respaldos. El acarreo de trabajadores, ya sea del municipio o del gobierno estatal, muestra que la disputa interna se libra con el aparato institucional, en detrimento de una ciudadanía que reclama servicios básicos.
La visita presidencial dejó claro que, más allá de los discursos sobre salud y bienestar, en Guerrero la lucha por el 2027 ya está en marcha. Tanto Abelina López como Félix Salgado buscan ser vistos, escuchados y validados por Claudia Sheinbaum. El problema es que, en esa competencia, las necesidades urgentes de Acapulco y del estado quedan relegadas, mientras Morena exhibe sus fracturas internas en plazas públicas.